domingo, 30 de noviembre de 2008

El creador ganó el primer premio de uno de los dos salones Michelena Felipe Herrera: "No tengo apuro en vanguardias"










Escaques (obra ganadora de la 64 edición de la Bienal Arturo Michelena

Por MARJORIE DELGADO AGUIRRE
En la obra que expone en el Complejo Don Bosco, el artista alude a la simbología de la vida
Un escaque es un recuadro en el tablero de ajedrez. Felipe Herrera junta varios, los que se le antojen, y sobre ellos, que para él es la simbología de la vida, dibuja otros símbolos que la complementan. Un cuchillo a punto de atravesar una manzana, una mano sujetando con fuerza una rosa espinada, un reloj... Un tablero que se convierte en metáfora de la existencia. La obra Esca ques es una suerte de síntesis de un cuerpo de trabajo hecho en partes. Con esta pieza obtuvo el domingo el Premio Arturo Michelena de la Bienal Salón Arturo Michelena en su 64° edición, convocada por la junta directiva de la Asociación Civil Ateneo de Valencia, presidida por José Napoleón Oropeza."Vengo trabajando esta simbología desde los años setenta.Pensaba en el tablero de ajedrez como la simbología de la vida y reafirmé esto con el libro Homo lubens, en el que un psiquiatra habla de cómo los hombres estructuramos una forma lúdica de la existencia. Yo tomé el tablero de ajedrez como alegoría de la existencia porque, en principio, la vida es una apuesta.Esto se fue enriqueciendo con mucha poesía de autores universales. Se trata de símbolos que, en medio de la complejidad de sus significados, se reconocen de inmediato: el blanco y el negro, el reloj como metáfora del hombre queriendo controlar el tiempo, unas manos sobre blanco que tienen esperanza de que habrá una sociedad mejor, otras negras que lo niegan... ", dice Herrera.Aunque podría hablar horas sobre su trabajo, el artista suscribe algo que le dijo Juan Calzadilla hace unas décadas: "Todo lo que dices es la mitad del asunto, lo otro no lo sabes".Herrera siente que siempre está descubriendo la obra, sobre todo cuando ya está expuesta y se convierte en una entidad distinta.Los relieves sobre pared, que sólo apelan al blanco, al negro y al gris en los dibujos, pueden "reacomodarse". Se trata de que el que tenga la obra pueda hacer su sintaxis y construya su propia dialéctica. Aunque ahora apele a un lenguaje artístico basado en lo tridimensional, este artista valenciano (1947) no puede abandonar el dibujo. Es su forma de comunicarse con el mundo y aquel medio que le permite hacerse preguntas sinceras sobre sí mismo y lo que lo rodea. "No voy a salir ahorita a hacer algo en computadora o una performance. No tengo apuros en vanguardias".Sobre la controversia que ha suscitado la doble convocatoria del Salón Arturo Michelena, Herrera dice: "Me parece terrible cómo una circunstancia de otro orden invade un proyecto como el Michelena. Mi apuesta fue apoyar la tradición de un salón que, durante todos estos años, ha apoyado a los artistas, sobre todo en el contexto de un país en el que estas confrontaciones han dejado de existir".El domingo, José Napoleón Oropeza anunció la lista de ganadores de la edición 64 de la Bienal Salón Arturo Michelena.El Premio Andrés Pérez Mujica fue para el artista aragüeño Eduardo Bárcenas por la obra Un hombre que mira desde el silencio. La pieza Trazos, de José Páez del Nogal –ganador del Premio Arturo Michelena en 1982–, obtuvo la distinción que lleva el nombre de Braulio Salazar; el Premio Antonio Edmundo Monsanto fue para Jonidel Mendoza por la obra Sombras de anónimos. Cuerpos ausentes, y Rafael Rangel obtuvo el galardón que hace honor a Armando Reverón.

EL NACIONAL - Martes 18 de Noviembre de 2008
Cultura/4

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